«Este es el momento en que hay más dinero, y también más obstruccionismo»
Los constructores avisan de un posible parón en el sector y plantean «medidas de emergencia ante una emergencia»
-Los últimos datos del paro han sido buenos para Canarias. ¿Estamos ya en el camino de la recuperación o es un mero espejismo?
–La situación es muy compleja porque estamos en el momento en que más dinero hay, pero también en el que hay más obstruccionismo. Un informe de seguimiento de los fondos Next Generation en España revela que no se ha gestionado ni un 20%. Eso en una situación en que los precios de las materias primas habían subido un 24% el año pasado y ahora con la guerra los costes de producción para la construcción están en un 40%. En Shangai están al 25% de su actividad. Todo eso significa que las cosas van a empeorar.
-¿Cuando habla de obstruccionismo a qué se refiere?
-A la burocracia, el dirigismo, la tecnocracia, el sesgo ideológico... Hay una situación de agravamiento muy serio y las cosas se van a poner más duras de lo que están. Desde mi perspectiva, la única solución posible es gestionar la teoría del caos, porque estamos ante una emergencia y hay que mutilar esa burocracia y ese dirigismo y sesgo ideológico en la toma de decisiones, porque es un obstáculo en este momento para que el panorama sea mejor y para ir más allá de los brindis al sol. Es necesario un ejercicio de responsabilidad.
-Y no se está haciendo
-Si nos ponemos en el escenario del final de la pandemia, se han puesto sobre la mesa miles de millones de euros. ¿Qué se ha gestionado? ¿Donde está el dinero de los planes de vivienda? ¿Los planes de rehabilitación? ¿Las infraestructuras que se iban a hacer? ¿Donde están los proyectos Next Generation que se han presentado? Las ayudas no han llegado más que al 20% de las empresas, y eso antes de que pasara nada en Ucrania o que China estuviera a un 25% de producción. Si en aquel momento no se fue capaz de reaccionar, ¿que fe podemos tener? Hay que establecer alianzas muy fuertes entre el sector público y privado, canalizar la gestión de la crisis hacia un equipo multidisciplinar. Nosotros no renunciamos a las perspectivas de progreso ni nos resignamos ante la evidencia del retroceso, pero lo cierto es que hay una situación de agravamiento muy serio y las cosas se van a a poner más duras. La única solución posible es gestionar la teoría del caos, porque estamos ante una emergencia y hay que mutilar la burocracia, el dirigismo, la tecnocracia y el sesgo ideológico en la toma de decisiones porque son un obstáculo en este momento, más allá de los brindis al sol y se quiera dar la sensación de que aquí no pasa nada. Es necesario un ejercicio de responsabilidad.
-¿Prevé que todo empeore entonces?
–Es que lo que yo veo cada día es que estamos en situación de paralizar obras y rescindir contratos. El 70% de los promotores va a desistir de iniciar nuevas promociones y el 42% las quiere suspender. Los empleos están comprometidos también. Lo que hay que hacer es canalizar la crisis hacia un equipo multidisciplinar porque, o se dan cuenta de que esto es un asunto de emergencia y se toman decisiones de emergencia o las cosas se pondrán muy feas.
–¿No ha sido un alivio la revisión de precios aprobada por el Gobierno de España y asumida por el Ejecutivo canario?
–No se ha producido ni una revisión de precios. Ni una. El decreto se aprobó el año pasado. La comunidad autónoma se acogió en el mes de mayo. ¿Cuantos ayuntamientos? De momento ninguno. Todos manifiestan su intención de hacerlo, pero no hay ni un solo procedimiento de revisión de precios iniciado. Hay voluntad, pero no acción. Además, quedarán muchas empresas fuera porque hay un tope del 5% y solo se han puesto cuatro materiales. Si no se revisan los precios, o se rescinde el contrato - con lo que se ejecuta el aval- o suspenden las obras y además se las sanciona. Y por otro lado, estamos asistiendo a una alegoría del éxito y del progreso y del máximo empleo como si no estuviera ocurriendo nada. Nosotros estamos siendo proactivos, queremos trabajar, pero necesitamos un socio imprescindible que son las administraciones públicas, que deben ser ágiles.
–Decía que los ayuntamientos no han hecho nada
– Lo primero que tiene que hacer la Fecam es tomar las riendas de esta situación y abordarla de manera colectiva. ¿Es de recibo que tenga que ir de ayuntamiento en ayuntamiento porque desde hace seis meses la presidenta de la Fecam no me ha dado una cita ni me contesta al teléfono? Es un problema de todos los ayuntamientos porque se están quedando las obras desiertas. La Fecai lo mismo. Y la comunidad autónoma en vez de estar en posición de reposo, debe ser proactiva y tomar decisiones.
–¿Como afecta esta situación al empleo? La construcción sigue generando puestos de trabajo
–Claro que seguimos generando empleo, y lo vamos a seguir haciendo. En la medida en que podamos gestionar actividad, lo haremos, porque hay empresas que no necesitan nuevos acopios de material y pueden terminar sus obras, o que están con los acabados y pueden cumplir en plazo y entregando su producto a costa de sacrificar parte de su margen. Las obras que están en marcha se siguen desarrollando porque no se han rescindido contratos ni suspendido, pero esto no va a durar mucho y hay que tomar decisiones. O vamos a una alianza fuerte entre el sector público y el privado o esto no avanza.
–¿Ante esta situación, han planteado un ERTE de fuerza mayor?
– Sí, nos lo hemos planteado y nos hemos puesto en contacto con la autoridad laboral, le hemos enseñado los números, explicado la situación, lo que puede pasar y que hay que estar preparados. Y han sido receptivos y si es preciso ir a ERTE para salvar los empleos, se hace. No queremos despedir, porque luego tendremos problemas para absorber mano de obra. Y vuelvo a lo mismo, no renunciamos a las perspectivas de progreso ni nos resignamos al retroceso. Lo primero es empezar a gestionar los fondos europeos y licitar obra. Por eso insistimos: revise usted los precios de una santa vez, mida el impacto presupuestario que tienen, revise las licitaciones, que se están quedando desiertas las obras porque los precios no encajan. Y a pesar de todo eso, el mercado sigue funcionando y nosotros seguimos generando empleo, pero la cuerda está ya muy tensa.
«Formaremos a 600 trabajadores de Chira-Soria»
–Hay una disfunción entre oferta y demanda, porque hay 200.000 parados pero no tienen la cualificación que se requiere. ¿Por qué no hay formación específica?
–Es cierto que hay una disfunción, pero también hay formación específica. En este sentido, nosotros trabajamos muy bien con el Servicio Canario de Empleo (SCE), tanto a través de los proyectos de formación con alternancia en el empleo, donde el alumno se convierte en trabajador, es decir, desarrolla su formación en una obra real, como en la certificación de profesionalidad. Estamos formando a miles de personas que se van incorporando al mercado.
–¿Cuantos parados hay en la construcción?
– Nosotros tenemos de manera continua 20.000 parados registrados en el sector de la construcción. Pero necesitamos saber qué perfil tienen. Para ello, propondremos al SCE -y pretendemos que sea un proyecto piloto en Canarias abordar las capacitaciones- conocer su situación, porque si tienen experiencia pero carecen de un titulo habilitante, nosotros podemos reconocer su capacitación en las habilidades y competencias que tienen y a partir de ahí, habría que averiguar por qué no entran en el mercado. O saber por qué hay unos perfiles que entran y salen de manera continua de los registros del paro. También habrá otras personas con otras circunstancias que habrán de abordarse de manera diferenciada. Lo cierto es que hay un problema estructural pero la gente que formamos, sí se incorpora al mercado.
–¿Son casos aislados?
– No, no. Como ejemplo pongo la obra de Chira-Soria. Va a necesitar 4.000 trabajadores. Nosotros tenemos un convenio con Red Eléctrica y el SCE y estamos formando a quienes van a desarrollar esa obra en las distintas fases, sobre todo en nuevas tecnologías y en capacitaciones que ademas tendrán unos salarios bastante cualificado. En este momento se están seleccionado los alumnos y durante este año se formará en torno a 600 personas.
B. Hernádez