«Con la colaboración público-privada se pueden hacer muchas cosas de interés general pero para hacerlo la administración tiene que dejar de lado los prejuicios»

«Uno de los factores que quiebra el desarrollo de las islas es que los funcionarios sigan en teletrabajo»

Salud Gil aboga por que la administración deje de lado los «prejuicios» y vea a los empresarios como un socio para sacar adelante proyectos de interés general

– La licitación creció en Canarias en 2022 en el conjunto de las administraciones pero el Gobierno de Canarias ha perdido mucho terreno desde 2019.

– Durante la pandemia perdimos una oportunidad de oro. No se aprovechó para licitar todo lo posible de cara a que cuando se recuperara la actividad estuviera todo listo para trabajar. Si se hubiera hecho no estaríamos en los niveles de ejecución presupuestaria paupérrima en la que estamos en estos momentos. A mi me da impotencia ver las posibilidades que tenemos como sector de ser un motor de la economía, que podríamos estar dinamizando la actividad y el empleo pero no ha ocurrido por falta de planificación y de liderazgo. Hay varios elementos que quiebran el crecimiento de las islas.

– ¿A qué elementos se refiere?

– Para mi uno de los elementos más importantes es que los funcionarios no se hayan incorporado a su puesto de trabajo. Uno de los ejes del fracaso del desarrollo es que a estas alturas sigan teletrabajando. Esto ralentiza la eficiencia de la administración y lo digo con conocimiento de causa porque hay que pedir hasta audiencia. Hay que hacerlo todo por correo y si les llamas por teléfono, o no están o se molestan, y eso es una lacra que está pesando en el desarrollo de Canarias.

– Uno de los problemas que tiene hoy el sector es la revisión de los precios de los contratos, que obliga a muchas empresas a no concurrir. ¿Qué deben hacer las administraciones?

– Es cierto. A fecha de septiembre han quedado desiertas en las islas más de 200 obras, lo que son 80 millones de euros. El Gobierno de Canarias sí se acoge a la revisión y tiene cláusulas de revisión en los pliegos. Además en 2023 van a bonificar la tasa de dirección de obra que es el 4% del valor de la adjudicación. La comunidad autónoma está contribuyendo pero no pasa igual con los ayuntamientos, con los que tenemos muchos problemas. Si hay uno o dos empresarios que lo han logrado ya son muchos. Si las obras no salen a precio de mercado se quedan sin hacer. Hablamos con la Fecam y emitieron un informe pero es lo mismo que lo que hizo el Gobierno, porque deja a la voluntad de las administraciones hacer esa revisión En cuanto a los cabildos, se acogieron a la revisión el de Gran Canaria y Fuerteventura; el resto, nada.

«La construcción sigue siendo una locomotora pero se va apagando por muchos factores, como los bajos precios y la ineficiencia de la administración»

– ¿A qué lo achaca?

– Se sobreentiende que tienen superávit. Tienen que ser cuestiones presupuestarias pero esto sigue empantanado. Nosotros mantenemos el empleo y vamos incorporando a las personas que formamos pero sigue habiendo una disfunción brutal.

– ¿Sigue habiendo problema para encontrar personal?

– Sí, pero no es que no haya gente para trabajar lo que no encontramos es gente que trabaje. Nosotros formamos y los asumimos a casi todos pero hay mucha gente que decide ir a trabajar a otros sectores, como el comercio. El 74% de las empresas del sector en Canarias quiere contratar. 2022 se cerró con 3.500 ocupados más. Estamos generando empleo. Ahora estamos en un proceso de transformación digital, que es el presente, y que afecta al empleo, ya que hay más especialización.

– ¿Qué déficit de personal tienen cuantificado?

– Es difícil decirlo porque se dice que, más o menos, si hay un déficit de 200.000 trabajadores a nivel nacional en Canarias será el 10%, unos 20.000. Ese dato, sin embargo, sería si hubiera una gestión adecuada de los fondos europeos porque son recursos estimados en función de este dinero y la inversión. No es real del todo.

– Los empresarios son muy escépticos sobre la gestión y llegada de los fondos europeos a la economía, ¿usted también?

– Ahora mismo hay una nefasta gestión de los fondos europeos pero creo que parte de ellos sí puede ir bien. Por ejemplo, hay una partida dirigida a la rehabilitación de edificios y mejora de eficiencia energética de las viviendas que está funcionando gracias al empeño de la AECP. Nosotros hemos firmado con el Gobierno de Canarias y lo estamos gestionando. A nivel nacional no hay ningún ejemplo, solo la AECP se ha metido en esta historia. En cartera superamos el número de proyectos previsto inicialmente. El Gobierno canario se había propuesto 1.000 viviendas para toda Canarias y solo nuestra oficina ha presentado 565 viviendas a 31 de diciembre y tenemos otras 600 para presentar. Hemos dicho al Gobierno que amplíe estos fondos. Queremos que antes del verano se inicien las obras porque han de estar terminadas en 2026.

– ¿Cuál es la ventaja y cómo puede acceder a estos fondos una persona que quiera rehabilitar energéticamente su vivienda?

– Si se reduce un 30% el consumo se tiene derecho a un 40% de subvención. Se paga un 60% y además el 40% no tributa como rendimiento de trabajo en el IRPF y se puede desgravar hasta 5.000 euros anuales durante dos ejercicios. Al final la obra queda financiada casi en un 90%. Con el convenio alcanzado por la AECP con el Gobierno de Canarias y por el que nosotros nos hacemos cargo de todo, se pone en evidencia la importancia de la colaboración público-privada y que no se tiene que tener prejuicios, que los empresarios contribuimos al bienestar social y somos fundamentales. Siete de cada diez euros de los fondos europeos son para sostenibilidad y los empresarios tenemos mucho que aportar. Esto lo demuestra.

– Da la impresión de que el sector de la construcción se ralentiza por el encarecimiento de las materias primas, el alza de los tipos de interés...

– Sí, es verdad. Vamos evolucionando con picos de sierra, un trimestre subimos y otro bajamos. Son muchas cosas las que están ocurriendo. En primer lugar, una gestión inadecuada de fondos europeos y de los presupuestos de las administraciones públicas. Los niveles de ejecución son paupérrimos. Aquí hay un problema de burocracia que lo llamo burocracia negacionista porque el sistema es el enemigo de la actividad económica. Cuando vas a la administración no te dicen lo que puedes hacer sino lo que no puedes hacer. La tecnocracia, el querer gobernar con criterios técnicos no escritos, también lastra y el teletrabajo que le decía antes. Eso es una lacra brutal. En último lugar, los prejuicios para concertar con la iniciativa privada. La construcción sigue siendo una locomotora pero se va apagando porque las obras salen por debajo de precio del mercado y la administración se enriquece a nuestra cuenta.

– ¿La obra residencial también se frena?

– Hay mucha demanda de vivienda y se construye pero al ritmo de la demanda solvente. Tenemos la responsabilidad de actuar promoviendo el equilibrio y los costes de producción se han disparado y la demanda puede convertirse en cualquier momento en insolvente. En cuanto a la vivienda de protección oficial, los concursos públicos que han salido dentro del Plan de Vivienda han quedado desiertos porque los coste s no son viables. Ahora estamos mirando con el Icavi cómo animar a los promotores privados a construir vivienda pública. Aquí proponemos que, si el Gobierno tiene suelo para unas 10.000 viviendas y unos fondos europeos brutales y nosotros tenemos la Reserva para Inversiones (RIC) apta para vivienda protegida, lo saquemos adelante. Le decimos que lo saque a concurso con las condiciones de precio y de arrendamiento que proponga pero no arranca. Ellos quieren hacerlo directamente, sin parte privada, así que creo que tampoco aquí llegaremos a tiempo. Es un tema de eficiencia. También proponemos que se venda la vivienda protegida como se ha hecho en los últimos 30 años dado que hay una parte del mercado que no puede comprar en el mercado de renta libre ni tampoco acceder a la VPO. Están en un limbo.

– Imagino que el chocar con un muro constantemente genere cierta frustración.

– Estas propuestas que hacemos al Gobierno y no salen es lo que hace que tengamos un músculo de frustración muy grande aunque sigo trabajando para convencerlos. La política de vivienda es una de las iniciativas más rentable para una administración pública. Cada vivienda genera tres puestos de trabajo. Más del 52% de los contratos que se están creando son en edificación. El que no quiera ver eso, no quiere ver nada.

Fuente: Canarias7:_Silvia Fernández